“Alguna gente quiere que ocurra, otras desean que ocurriese, otras hacen que ocurra.” Michael Jordan
Ya sabes que pensar y decidir qué haces y qué no haces es fundamental para los profesionales del conocimiento.
Si no piensas y decides de manera adecuada puedes, entre otras cosas, caer en el perjudicial voluntarismo de pretender hacer más cosas de las que realmente puedes. Ya sabes que quien mucho abarca poco aprieta, por muchas imposiciones que te pongan o te pongas.
La realidad es que pensar y decidir es una condición necesaria, pero no suficiente, para ser una persona más efectiva. Sacarte el carnet de conducir, es condición necesaria para poder conducir pero no es suficiente para ser un buen conductor. Pues con lo de pensar y decidir ocurre lo mismo: es insuficiente para ser un buen profesional del conocimiento.
Porque, aunque pienses y decidas sobre tu trabajo no conseguirás resultados salvo que dediques tiempo para hacer esas cosas sobre las que has pensado, decidido y comprometido.
A medida que vamos interiorizando la potencia de pensar, decidir, organizar y revisar regularmente todos nuestros asuntos, es posible que surja una insuficiente sensación de control sobre nuestro trabajo. Es cierto que tener un «mapa» con todo lo que tienes que hacer es mejor, mucho mejor, que no tenerlo. Pero también es cierto que tener un mapa para no moverte, es de dudosa utilidad.
Si procesas, organizas y revisas tu trabajo, habrás mejorado tu efectividad de forma evidente respecto a si no lo haces. Sin embargo te estarás quedando a la mitad del camino. La palabra «hacer» está en la propia esencia del concepto de efectividad para los trabajadores del conocimiento del presente y del futuro.
Para ser una persona realmente efectiva, tendrás que dedicar tiempo a «hacer». Sólo así conseguirás alcanzar resultados haciendo bien las cosas correctas.