Estas vacaciones han sido especiales. Han sido las primeras que hemos pasado como familia numerosa, lo que las ha convertido en particulares… y amenazantes para lo que me espera en los próximos años. El reto está servido y la efectividad, en mi caso, ha pasado a ser cuestión de “supervivencia”
Bromas aparte, desde hace unos años las vacaciones para mi se han convertido en “trabacaciones”. Este concepto, que escuché por primera vez a mi amigo Juanjo Brizuela, comienza a ser cada vez más real, evidente e incluso necesario para muchas personas que viven la realidad del trabajo del conocimiento.
Porque para los trabajadores del conocimiento y los knowmads, este enfoque de integrar las vacaciones con la dosis adecuada de trabajo es más enriquecedor de lo que puede parecer.
Además, puede ser necesario e incluso presentar oportunidades si se plantea adecuadamente.
Por ejemplo, actividades relacionadas con la creatividad, el pensamiento, la generación de ideas, plantear soluciones…, reúnen condiciones y requisitos para poder llevarse a cabo en periodos cuando estás más relajado, tienes más tiempo libre o estás fuera de tu entorno habitual.
Para los trabajadores del conocimiento, pensar es trabajar. No lo olvides.
Cuestión de autonomía
Tengo la experiencia de que los factores positivos de la integración de vacaciones y trabajo aparecen cuando la decisión se toma desde la autonomía y de forma proactiva, y no porque las circunstancias te obligan a ello.
Eso es lo importante: tener la opción de elegir.
Si estás en el punto óptimo de motivación, incluso en la tranquilidad de tus vacaciones puedes tener momentos donde trabajar sea una elección perfectamente válida y estimulante.
Cualquier decisión tomada de forma autónoma estará más alineada con tu propósito y, por tanto, no debería generarte fricción.
La autonomía es uno de los principales factores de motivación en el trabajo… y en la vida.
¿Vida personal y vida profesional?. Tampoco en vacaciones
La creencia de que es posible separar vida personal y vida profesional, no por extendida es cierta.
Las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran.
La línea divisoria entre trabajo y vida personal es inexistente:
- ¿Se te ha ocurrido una idea para mejorar el servicio al cliente mientras estás en la fila del cine?.
- ¿Has imaginado una nueva línea de producto tomando una cerveza con un amigo?
- ¿Te has acordado que tienes que llamar al cliente mientras vas en el coche camino de tu lugar de vacaciones?
Somos personas únicas: no existe un “David del trabajo” y un “David de la vida personal”. En ambos casos es la misma persona, con sus muchos defectos y escasas virtudes.
Pretender crear “mundos” paralelos e irreales es, cuando menos, absurdo y frustrante.
Lo importante: el foco
Sí, este año he trabajado en vacaciones.
Sí, este año he descansado (lo que algunas personitas me han dejado) en vacaciones.
Sí, este año he disfrutado mucho de mis vacaciones.
Y la clave para todo ello ha estado en mantener mis hábitos relacionados con la efectividad personal.
Por ejemplo, cuando estaba con los niños en la piscina me centraba en poner toda mi atención en ese momento en disfrutar con ellos.
Nada de mirar el móvil ni el correo cuando estaba con los peques. De hecho, ni me lo llevaba (con el coste en pokémons desaprovechados que ello suponía).
Estar a lo que estás es un aspecto productivo que se puede y debe aplicar también a los momentos de ocio.
También he podido trabajar cuando he querido o he necesitado hacerlo.
Disponer de acciones claramente definidas para hacer, correctamente redactadas y organizadas en contextos me permitía ejecutar de manera muy efectiva, seleccionando las cosas correctas. Efectividad en estado puro.
Conclusión
Han sido unas vacaciones muy intensas de las que he aprendido varias cosas:
- Como decía al principio del post, la efectividad, en mi caso particular, pasa por ser una cuestión de “supervivencia”
- Se puede trabajar de manera saludable y compatible con el descanso en vacaciones partiendo de la autonomía y proactividad, y no desde la obligación ni el estrés.
- En vacaciones, todos los hábitos productivos son igual de útiles que en periodos de actividad. ¡No tiene sentido dejarlos de lado!
- Olvídate de la distinción entre vida personal y vida profesional. Tu vida es única, y tiene más sentido gestionarla como algo integrado que como partes separadas.
- Pon toda tu atención en lo que estás haciendo en cada momento. Ya sea escribir un mail, leer un post, jugar con los niños o cenar con tu pareja. Estar a lo que estás, gestionando tu atención, te permite disfrutar más de lo que haces.
Para finalizar, y por tranquilizar y aclarar las cosas, soy muy consciente de que las vacaciones están para descansar, desconectar y disfrutar.
Y, sinceramente, eso es lo que he hecho… sin dejar de lado mi realidad.